Windstory #4 - Tvindkraft: la historia de un aerogenerador adelantado a su tiempo
En 1975, un grupo de profesores y voluntarios se reunieron para construir un aerogenerador. 48 años después, sigue funcionando
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Acompáñame en este nuevo reportaje Windstory donde hablamos de uno de los grandes hitos de la historia de la energía eólica moderna.
Tvindkraft: la historia de un aerogenerador adelantado a su tiempo
Era el año 1975 cuando un grupo de profesores de las escuelas de Tvind, en Dinamarca, comenzó a darle vueltas a la idea de construir un aerogenerador. Era una idea ambiciosa, ya que no pensaban en fabricar una turbina pequeña, sino que reflexionaban acerca de construir un aerogenerador de un tamaño jamás visto anteriormente.
Ese aerogenerador acabó convirtiéndose en el más potente del mundo en aquel momento y anticipó muchas de las tecnologías que se utilizan hoy en la industria.
Revolucionando la eólica con la fuerza de voluntarios
Una de las partes más interesantes de esta historia es que no había ninguna gran empresa detrás del desarrollo de este aerogenerador. Sus creadores eran un grupo de voluntarios cuyo objetivo no era lucrarse, sino demostrar que generar energía de otra manera era posible.
El momento económico fue sin duda uno de los catalizadores: la crisis del petróleo provocó que se empezase a cuestionar la dependencia del oro negro de las sociedades desarrolladas. Además, la energía nuclear se estaba posicionando como la gran alternativa a los combustibles fósiles, lo que también trajo un importante movimiento antinuclear.
Este grupo de voluntarios se propuso utilizar este aerogenerador como un argumento en el debate energético, a la vez que generaban energía sin emisiones y controlaban su propio gasto en electricidad, según cuentan en su página web.
De hecho, en algún momento de los inicios del proyecto llegó a haber dudas entre si utilizar energía eólica o solar. Seguramente utilizar la solar hubiera simplificado mucho las cosas a nivel de diseño, logística y construcción. Pero hubiese sido bastante menos espectacular y revolucionario. Y hoy en día difícilmente sería un símbolo.
Aunque seguramente no hubo tiempo para muchas discusiones. El viento jugaba literalmente a su favor: las escuelas de Tvind se encuentran en el oeste de la Península de Jutlandia, en Dinamarca, donde hay un excelente recurso eólico. Así que la decisión fue fácil.
Un proceso de construcción en el que no faltaron de problemas
Fue el 29 de mayo de 1975 cuando comenzó la construcción del aerogenerador, día en el que 400 voluntarios se reunieron para hacer las primeras actuaciones en los terrenos. La edad media era de 21 años y aunque contaron con ayuda de expertos para ciertas cosas, era un grupo que podemos considerar semi-amateur.
A pesar de que los primeros cálculos hablaban de 5 meses, la construcción del aerogenerador terminó alargándose durante 3 años y durante el proceso surgieron dudas y problemas de todo tipo, algo normal en un proyecto pionero, con pocos medios y dirigido por un equipo no profesional.
Algunos de los retos técnicos se trataban de solucionar gracias a la ayuda de expertos externos, aunque no siempre era posible ya que el presupuesto era muy ajustado. Así que se confiaba en el ingenio de los voluntarios o se trataba de sumar más gente a la causa para solucionar los problemas que se iban encontrando.
Uno de los puntos más críticos fue cuando se descubrió que por un error de cálculo haría falta el doble de hormigón del inicialmente considerado. Debido a lo ajustado del presupuesto, eso significaba que no había dinero suficiente para comprarlo a una planta cercana. La solución fue realizar la mezcla ellos mismos comprando maquinaria de segunda mano. Tenía riesgo y llevaría más tiempo, pero era la única manera.
La verdad es que las imágenes del proceso de construcción son espectaculares, especialmente la que os dejo debajo con los voluntarios transportando una pala al hombro cual procesión de Semana Santa.
Antes de finalizar la construcción, esta iniciativa fue ridiculizada e incluso acusada de "estar destruyendo la causa de la energía eólica". Al fin y al cabo, si ese proyecto fracasaba, podía provocar extender que la energía no era viable, frenando su desarrollo.
Un aerogenerador adelantado a su tiempo
Finalmente, el 26 de marzo de 1978 el aerogenerador se puso en marcha, aunque se siguió haciendo ajustes y mejoras hasta 1980. Una vez construido, el Tvindkraft se convirtió en el primer aerogenerador multimegavatio de la historia y el primero en superar la barrera de los 2 megavatios de potencia.
Sin embargo, aunque la potencia nominal del generador eléctrico era de 2 megavatios, nunca llegó a generar tal cifra. Por diferentes motivos relacionados con el sistema de control y la integridad de la turbina, el aerogenerador fue limitado a 1 megavatio de potencia.
El Tvindkraft fue pionero en multitud de tecnologías que se utilizan hoy en día en los aerogeneradores modernos, tales como la torre tubular de hormigón (anteriormente se utilizaban más las de tipo celosía), palas construidas con fibra de vidrio y con control de ángulo pitch (orientable para regular la potencia extraída del viento).
Como curiosidad, una característica reseñables del Tvindkraft es que se trata de un aerogenerador que funciona a sotavento, es decir, que gira gracias al viento que incide por detrás de la nacelle.
Casualmente (o no) los fabricantes Vestas y Gamesa, tuvieron muchos años después en su catálogo un aerogenerador de dimensiones y potencia muy similares: el V52 y G52, ambos con 850 kilovatios de potencia y 52 metros de diámetro de palas. Unos modelos que fueron los encargados de llevar la eólica a todos los rincones del punto y de los que se vendieron cientos y cientos de unidades. La cantidad de V52 y G52 que hay hoy en día en el mundo en operación se cuentan en miles (y probablemente decenas de miles).
Más allá de la construcción del aerogenerador en sí o los posibles avances tecnológicos que se pudieran probar por primera vez, la clave de Tvindkraft es el que sirvió de inspiración para el nacimiento de toda una industria.
Se habla de que 100.000 personas visitaron Tvindkraft durante la construcción, lo que inspiró a muchos a comenzar a trabajar, estudiar o investigar con esta energía.
Para hacernos una idea del salto adelante que supuso, uno de los primeros aerogeneradores de España no llegó hasta varios años después, en 1984, y con una historia muy interesante que también contaremos algún día por aquí. Pero se trataba de una máquina mucho más modesta: 12 metros de diámetro de palas y 15 kW de potencia nominal. Un juguete al lado del Tvindkraft.
48 años después el aerogenerador sigue funcionando
En 2015, para orgullo de la industria eólica danesa en general y la asociación Tvind en particular, el aerogenerador cumplió 40 años en funcionamiento.
Hoy es el día, 48 años después de su puesta en marcha, que sigue operativo. Se le atribuye el título de ser el aerogenerador moderno que más tiempo lleva funcionando. Eso sí, durante todo este tiempo, se han sustituido multitud de componentes y realizado ciertas actualizaciones.
En 1999, se pintó del color rojo y blanco que luce hoy en día. Actualmente se puede visitar y ver una exposición sobre su historia.
Más información y fuentes:
Fotos del interior del aerogenerador y los diferentes sistemas
Virtual Tour 360º por el interior y exterior del aerogenerador
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